¿Acción o retroceso?… una opinión

miércoles 6 de abril de 2022 – 12:00 a.m. Leopoldo Santamaría
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Nacimos libres y es nuestro deber proteger a nuestros hijos y dejarles un mundo donde sus libertades y derechos estén intactos

La semana pasada tuvo lugar en Francia una cumbre internacional sobre el covid 19, donde un grupo de médicos y expertos concluyeron, entre otros acuerdos, la conveniencia de: 1.- exigir la terminación inmediata de todos los mandatos opresivos, tiránicos y divisorios, que se han impuesto a nivel mundial bajo la premisa de una pandemia declarada.

2.- exigir la libertad de elegir nuestros propios tratamientos médicos, basados en datos e investigaciones científicas transparentes y libres de coerción, castigo o amenaza.

3.- exigir el cese inmediato de los mandatos y coacciones que imponen intervenciones médicas a los niños sin el consentimiento explícito de los padres.

4.- exigir la publicación inmediata de los datos y estadísticas médicas y científicas de todas las vacunas y medicamentos que se han ordenado durante esta pandemia declarada.

5.- cumplir el Artículo 6, Sección 3 del Código de Núremberg, que establece que: En ningún caso, un convenio colectivo comunitario o el consentimiento de un líder comunitario u otra autoridad deben sustituir el consentimiento informado de un individuo.

6.- exigir que se impongan todas las responsabilidades a los fabricantes de medicamentos y que sean responsables de todas las muertes y lesiones causadas por el medicamento.

7.- exigir una investigación de toda la corrupción y los conflictos de intereses en torno a esta pandemia declarada y que cada culpable sea sancionado y condenado por cada muerte y/o lesión que haya causado los mandatos o la coacción, incluidos los suicidios.

Es nuestro deber y derecho restaurar nuestro mundo eliminando el poder de los líderes destructivos y devolviéndolo a las manos de la gente.

Hemos sido llamados a luchar por nuestras libertades para evitar que nuestro mundo sea invadido por manos egoístas y corruptas.

Nacimos libres y es nuestro deber proteger a nuestros hijos y dejarles un mundo donde sus libertades y derechos estén intactos.

Entre tanto, aquí, para ingresar al país, las autoridades exigen firmar un documento que, entre otras barrabasadas, incluye: Autorizo se me realice el tratamiento médico que las autoridades sanitarias panameñas consideren conveniente en caso de una afectación, accidente o enfermedad que pueda surgir, o cualquier hospitalización necesaria durante mi traslado y el período de cuarentena, incluyendo las pruebas y exámenes necesarios para determinar el contagio de covid-19.

Y la cereza del pastel: Igualmente declaro que renuncio a cualquier reclamación en contra del Ministerio de Salud (MINSA), sus autoridades y funcionarios, en contra del Gobierno; los relevo de toda responsabilidad y compromiso y los mantengo indemnes por cualesquiera daños y perjuicios, pérdidas, contagio, gastos, surgidos o relacionados a mi traslado y/o durante mi estadía en las instalaciones destinadas por el MINSA o en el domicilio declarado, para el período de cuarentena obligatorio. Todo un monumento a la estulticia, propio de una pieza destacada entre las iniciativas sanitarias más retardatarias, ridículas y vergonzantes de la crónica criolla. ¿Quién si no un régimen autocrático, incompetente y dócil dispondría semejantes mandatos?… Actuamos en consecuencia con la gravedad y trascendencia de la crisis o por mansedumbre, daremos un salto histórico en el vertiginoso retorno hacia el oscurantismo. Usted qué opina?

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