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¿Conspiración? … una opinión.
Hay reportes de ‘vacunas’ que no funcionan.
martes 8 de febrero de 2022 – 12:00 a.m.
Leopoldo Santamaría
periodistas@laestrella.com.pa
El 13 de marzo de 2020, el gobierno declaró el Estado de Emergencia nacional, luego mediante decretos, dictaron medidas restrictivas de las libertades públicas. El 7 de octubre de 2021, la Corte negó que la medida fuera inconstitucional. Nunca antes, tan pocas personas, en tan poco tiempo, tomaron tantas decisiones que afectaran a tanta gente; entre otras razones, gracias al temor infundado por el gobierno y los medios de comunicación, acotando instrucciones de la gran corporación farmacéutica.
Aunque el impacto fue devastador; los resultados parecen no haber satisfecho las proyecciones. Dado el reconocimiento de situaciones preocupantes, algunos países ya se están apartando del guión; Inglaterra eliminó las mascarillas, los pases obligatorios y el trabajo desde casa; no obstante, en sociedades con alto analfabetismo funcional, se mantiene la presión sicológica con las variantes y las defunciones, mientras tanto, en la región cobra protagonismo la censura, mediante la descalificación y prohibición de cualquier disidencia, pronunciamiento o iniciativa contraria a los parámetros de los estrategas; para lo cual les basta con catalogarla de anticientífico, llamarla conspiración o simplemente calificarla como discurso de odio.
Recién, el cirujano general de EU dijo: ‘No solo el gobierno, sino también las grandes empresas tecnológicas tienen un papel que desempeñar cuando se trata de censurar la llamada información errónea y seleccionar información precisa para el público; agregando: son los lugares predominantes donde vemos que se propaga la desinformación’. Otros, afines al proyecto, han dicho que la garantía de libertad de expresión, establecida en la primera enmienda ¡NO protege el discurso de odio! Situaciones comprensibles, desde la perspectiva de un grupo mesiánico, con recursos ilimitados y determinado a imponer su proyecto, cualesquiera sean las consecuencias. Lo incomprensible e injustificable es la renuencia a debatir el tema, ventilar apropiadamente, los disentimientos respecto del manejo, la evolución y el estado actual de la crisis sanitaria o acaso los gestores tienen el patrimonio exclusivo de la ciencia, la razón y la verdad?.
Antes del 2020, la gripe estacional, era causal de muerte, sobre todo en mayores de 60 años, diabéticos, hipertensos, con sobrepeso, enfisema o deficiencias inmunológicas y el índice promedio de mortalidad no superaba el 4% de los afectados. Con la llegada de la ‘pandemia desapareció la gripe estacional’, aunque el índice fue menor del 2%. Ya hay reportes de que las ‘vacunas’ no funcionan, no son seguras, no previenen la infección, la replicación viral ni la propagación a otras personas y se cuestiona el inocular a los menores de edad, porque no lo requieren, pero sobre todo porque los riesgos de daño rebasan los supuestos beneficios.
Dos años de restricciones, imposiciones y mandatos excesivos, incluso contrarios a la dignidad, justifican, plenamente la necesidad de hacer un alto como sociedad, para analizar, integralmente, lo ocurrido a nivel nacional y los cambios recientes de las medidas sanitarias, en el contexto internacional; pero sin exclusiones, dogmatismo ni descalificación; sin temor a determinar la veracidad sobre desinformación, manipulación y/o conspiración, que faciliten hacer los correctivos necesarios; pero sobre todo, hagámoslo con el propósito de consensuar una salida coherente con el deber fundamental de salvaguardar la vida, la salud y las libertades ciudadanas.
¿Usted qué opina?.
Con la llegada del covid desapareció la gripe estacional’